Si en un momento un determinado centro de estudios analizara la capacidad de generar tendencia en el mundo de la tecnología de consumo se podía poner de ejemplo a los AirPods . Unos minúsculos auriculares que, en conjunto, ofrecen una personalidad y carácter sin desestimar otros atributos esenciales en un producto de audio, la calidad de sonido. De aquello hace tres años, un tiempo más que razonable para su renovación. Y así ha sido; los nuevos AirPods 2 evolucionan positivamente pero no logran romper con el pasado.
Tal vez, tampoco era necesario desollar la base que tenía , pero las características introducidas pueden saber a poco de primeras. No hay lavado de cara que valga en estos nuevos modelos. Nadie va a notar la diferencia.
Salvo por la existencia de una pequeña luz LED de carga que, ahora, se sitúa en la cara frontal no hay indicadores de que estamos ante un producto nuevo. Estéticamente son iguales que sus predecesores. Las principales novedades son silenciosas, imperceptibles a la vista, pero interesantes.
Por lo pronto, cuenta con una propiedad que, no por esperada, es de menor calado que las demás. Se trata de su compatibilidad con el sistema de carga inalámbrica Qi incorporado en su estuche . ¿Qué quiere decir esto? Que se pueden cargar sin la necesidad de enchufarlos por cable. Tan solo se requiere de un cargador magnético especial, que se pueden encontrar en el mercado, pero a falta del producto fracasado AirPower (¡qué bien hubiera venido para esto ahora!) puede ser un engorro y una funcionalidad con poco uso en el día a día de un consumidor medio. El aspecto positivo es que funciona . Pese a las dudas, el dispositivo se puede cargar igualmente por medio de un cable Lightning.
Por lo pronto, cuenta con una propiedad que, no por esperada, es de menor calado que las demás. Se trata de su compatibilidad con el sistema de carga inalámbrica Qi incorporado en su estuche . ¿Qué quiere decir esto? Que se pueden cargar sin la necesidad de enchufarlos por cable. Tan solo se requiere de un cargador magnético especial, que se pueden encontrar en el mercado, pero a falta del producto fracasado AirPower (¡qué bien hubiera venido para esto ahora!) puede ser un engorro y una funcionalidad con poco uso en el día a día de un consumidor medio. El aspecto positivo es que funciona . Pese a las dudas, el dispositivo se puede cargar igualmente por medio de un cable Lightning.
Otra de las novedades es una mayor integración del software de voz Siri . Hasta ahora, para invocar al asistente digital era necesario configurarlo para que, una vez pulsado uno de los paneles táctiles que tiene, surgiera de las cavernas el reconocible timbre de Siri. En el nuevo modelo es más fácil llamarlo; solo hay que pronunciar la palabra mágica, «Oye Siri», aunque en ocasiones es algo confuso; da la sensación que el volumen no está bien adaptado o es una decisión deliberada: funcionar sin tener que avisarlo para que los usuarios puedan directamente hacer órdenes automáticamente pero al principio uno se queda con la duda de si el sistema ha escuchado el comando.
Es una funcionalidad útil, es cierto, pensada para incentivar su consumo, y más porque es capaz de discernir el dispositivo de Apple al que te diriges. Así, por ejemplo, puedes salir a comprar el pan escuchando el último disco de tu banda favorita y decirle «Oye, Siri, llama a mamá» para que empiece a sonar el sonido de la llamada. Y, una vez comentada la jugada vía telefónica, decirle «Oye Siri, continúa con la música» para que, de nuevo, se reproduzcan los acordes de la canción justo en el momento donde lo dejaste. Esta es solo una muestra de las capacidades que tiene el software.
No he encontrado, sin embargo, apenas cambios en la calidad de audio respecto a los modelos anteriores, aunque las frecuencias medias y bajas están ligeramente mejor adaptadas. Los rumores, que a veces se equivocan, apuntaban a que los AirPods 2 vendrían con un sistema de cancelación de ruido; no ha sido así. Tampoco es que sea el elemento más importante de unos auriculares, pero favorece sin duda a la escucha.
Lo que sí se aprecia una pequeña revolución es en su sistema de emparejamiento , y eso que era magnífico antes. Su secreto se encuentra en su microchip H1 de fabricación propia que consigue agilizar la conexión y evitar posibles interrupciones. Un verdadero prodigio que no puede pasar por alto. Es más estable y solvente. De eso no hay duda. Sus grandes aportaciones son un cambio más rápido entre dispositivos, menor latencia a la hora de jugar a juegos, una mejor calidad en las llamadas en ambientes con ruidos y mayor duración de la batería.
El proceso de emparejamiento sigue siendo asombrosamente veloz e «inteligente». Solo hay que abrirlo por primera vez y, en pocos segundos, aparecerá en tu iPhone la opción de añadirlo. Y una vez configurado a través de Apple ID no hace falta sincronizarlo con otros productos de la manzana. Se vuelve a echar en falta que sean resistentes al agua. También se aprecia un buen trabajo de ingeniería en lo relativo a su autonomía. Dura más y aguanta más tiempo ofreciendo música. El precio, sin embargo, se ha encarecido; 229 euros.
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